martes, 15 de abril de 2014

Nota sobre el narcisismo y la nostalgia

"El narcisismo de las pequeñas diferencias, es la obsesión por diferenciarse de aquello que resulta más familiar y parecido." -Sigmund Freud

"La nostalgia ya no es lo que era." -Peter de Vries

Estos días he estado pensando sobre las atracciones que siento. He llegado, gracias a las anotaciones de amigws, a dos conclusiones sobre la generalidad de ellas. La primera, algo vieja, que soy atraído por aquello que se parece a mí. La segunda, la noticia, que soy atraído por aquello que me recuerda a lo que me ha atraído. Narcisismo y nostalgia.

El matemático me compartió una nota sobre el narcisismo en las parejas de hombres homosexuales. Si bien no puedo estar de acuerdo con algunas de las premisas que contiene el texto, con algo me sentí identificado.


Debo decir otra cosa. La atracción que desarrollé (por quien está siendo aludido por aquí) se desprendió de un afecto emocional, no de algún parecido a mí. Cuando estuvimos juntos, cada uno tomó alientos del otro y los hizo suyos. Yo me perdí mucho, al encontrar cosas de mí que podía ver gracias a él. Por eso después fue más necesario un viaje personal para volver a encontrarme y a hacerme. El proceso me ha llevado a la creencia de que entre más cambio, más soy el mismo, aunque paradójicamente también creo que nadie existe por adelantado. En un terreno mucho más banal, sin embargo, he llegado a actuar con la intención única de distinguirnos a él y a mí, lo cual no ha sido en absoluto difícil.


Hay una dualidad perdida, rota. El año pasado el lienzo-personaje estaba partido en dos. Ahora cada lado está explícitamente invadido por el otro, como pretende decirme una vieja perforación recuperada en el cartílago de la oreja izquierda. Cada lado es sí mismo y el otro lado. Me gusta creer que así cada detalle es una parte del todo y no una parte de una parte. El narcisismo, a fin de cuentas, se hace presente atravesándome por completo.

Ha de ser la luna roja en primavera, pero estos días me he sentido más lindo. Lo que creo que es un desbalance hormonal me ha llevado a la obligación de responderme, pero en el terreno de lo emocional. Y heme aquí escribiendo.

Revisando historias y pasados han salido a flote sentimientos y emociones que ya no recordaba. Alguna vez amé y amé mucho. Alguna vez fui amado y muy amado. Eso no significa que ahora no amo ni soy amado, pero hablamos del pasado, no del presente (aunque siempre que hablemos del pasado hablemos en el presente).

La nostalgia me hace sincerarme completamente. Recientemente dije que no movería ni un dedo, y creo que es importante que lo cumpla, porque es una promesa que hice para él. Pero cuando lo dije, cuando dije que no movería un dedo, poco me importaba que alguien más se moviera. En este preciso instante, el mundo ha dado otra vuelta. Los cariños enterrados resurgen; llevan tiempo creciendo, son pequeñas raíces. Y de la tierra brotan tallos con sus flores. No importa ya que de este bosque no quedara ni un árbol: en este bosque crecen flores; aquí pueden crecer árboles. El gran asunto es que en los otros bosques, en el otro bosque, no hay señal alguna de que existan flores, de que pueda aparecer un árbol.

Encima, no albergo esperanza de que quien es aludido aquí esté leyendo esto. Por la promesa no visito sus lugares, y asumo que él no visita los míos. Ojalá... Ojalá.

Narcisismo y nostalgia. Las cosas marchan bien, pero podrían marchar mejor. Marcharán mejor, pase lo que pase. Y seguimos caminando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario