miércoles, 17 de febrero de 2016

Basta

Una rosa no es todas las rosas, pero hoy este tulipán roto es todos los tulipanes, entonces todos los tulipanes están rotos.

Nada, no pasa nada. Nada es una palabra de cuatro letras que significa nada. Lluvia. Lluvia es una palabra de no sé cuántas letras que comparte etimología con llorar.

Llorar es una palabra que no pongo en acto. Llámame cobarde, si quieres. Yo lo llamé cobarde a él.

Quiero salir corriendo, pero no puedo correr. Quiero salir en mi bicicleta a recorrer las calles con velocidad, pero le tengo miedo a esa mismísima rapidez. Quiero no dormir solo pero sólo caigo en más lugares comunes.

Escucho música cuyas palabras no entiendo. Escucho música con letra en francés. La melancolía tiene lengua y es cualquiera que no entienda pero que me dé pistas, aunque sólo sean falsas o sean engaños.

Crezco entre los pastos tristes mojados en una tierra fértil para mucho pero quizá no para el cariño. ¿Crezco? ¿Hacia dónde crezco? ¿Hacia arriba? ¿Hacia abajo? ¿Hacia los lados? Creo que no crezco, y por más que me estire me contraigo.

Un abrazo. Todos los abrazos. No sé cómo despedirme de los otros. De él no tengo que despedirme. Las palabras ya corrieron como todo lo que no me corre por la cara y por los labios. Las palabras ya se agotaron. Ya se vaciaron. Ya se volvieron inoperantes.

Un abrazo. Todos los abrazos. No tengo la menor idea de qué hacer. Veremos si regreso esta noche después del paseo en bici. Uno nunca sabe...

Y entonces entra el maldito piano de una pista desconocida, que te parte en pedazos. Y resulta que sí conoces la pista y es otra canción en francés que no entiendes.

Te han dicho una y otra vez que no siempre se trata de entender algo. Pero ¡es que de verdad no lo entiendes! Pero si teníamos todo para que saliera bien y no salió bien, entonces no teníamos todo para que saliera bien.

Cada tecla que toca es como un pedazo de mi corazón que presiona. Tengo los dedos atravesándome, llenos de sangre. Estúpido piano. Maldito piano. ¡Cómo me deshace el piano! A mí que no me toca tanto, no deja de tocarme ahora.

Baja la mano. Como si mi cuerpo fuera un traje con un cierre que baja. Pero no hay cierre: sólo me desgarra. ¿Por qué me hago esto? ¿Por qué nos hacemos esto?

Yo no pedí esta mierda. Trágatela, pero no me la des a mí.

Yo no vivo buscándome problemas. No los quiero. Esta noche voy a atarme a unos nuevos, pero me desharé de otros, muchos.

¡Cuánto duele desatarse! ¡Cuánto duele atarse!

¡La maldita flauta!
 La maldita flauta que me perfora el pecho. La maldita flauta. Ne me quitte pas. Sea lo que sea.

Mis ojos se cierren. Que esto se cierre. Que esto se rompa. Que esto se acabe. Basta.