martes, 29 de abril de 2014

Pesadillas I

Mi amigo y yo fuimos interrumpidos en el acto y volví al cuarto, pero mi cama estaba repleta de pilas, montañas de cosas; mi puerta, abierta en cuanto miraba después de haberla cerrado. Miré las ventanas otrora inexistentes: moneda tras moneda aparecían pegadas. Si la puerta ya estaba cerrada, ahora tenía en sí misma una ventana abierta. ¿Cómo podía pasar esto? Él me señaló también una ventana. Lo mismo. Todo había sido tan rápido que no podía ser real. Me detuve a sentir, a pensar. ¡Todo era tan real! En un sueño nada era tan real, tan consciente. Pero no, las montañas, las monedas, las ventanas: esto era un sueño, y para salir de la pesadilla había que explicitarlo. ¡Esto es un sueño! Oscar, ¡esto es un sueño! No despertamos, así que otra cosa debíamos hacer. Continuamos con nuestra tarea inicial, para despertar.

Todavía me pregunto si fue parte del performance del sueño que yo creyera que me había dado cuenta de que estaba soñando, o si fue parte del performance que me diera cuenta. Si es lo segundo, ¿cómo pudo ser el sueño tan fuerte para mantenerme atrapado en él y en sus efectos, haciéndome pensar que Oscar y yo no habíamos despertado cuando sólo yo podía despertar de mi sueño?

Creo que, si existen, tanto mi consciente como mi subconsciente y mi inconsciente son ahora más fuertes. Y eso es un poco aterrador para alguien que confunde la realidad que percibe con los sueños, los deseos o miedos y los recuerdos.

II
Grabábamos un video en las vías. Llegaron algunos chicos poco amables que reaccionaron mal ante una negativa mía sobre una bici que me había prestado alguien. Poco después algunxs amigxs nos alertaron de que venían de regreso, con mucha más gente, por las vías. Debíamos llevarnos todo lo que traíamos. Todos mis amigos se quedaron haciendo una barrera mientras nosotrws descargamos lo que pudimos y corrimos a las escaleras de un estacionamiento o motel para resguardarnos junto a las cosas.

Vi a mis amigas casi perderse. Por lo menos a una la escuché llorar de desesperación, de frustración. Conseguí rápidamente que ubicáramos el estacionamiento como punto de reunión. Cuando regresé a las vías, donde teníamos un vagón, ya no encontré a mis amigos. Tampoco sé qué pasó con algunws otrws, ni con muchas cosas que no vi descargarse. Lo que sé es que en vez de nuestro vagón había un tren que quizá lo había integrado, que quizá lo había devorado. Abriendo unas cortinas vi dentro del espacio que le correspondería. Estaba lleno de personas acostadas, cubiertas por cobijas o sábanas y al parecer dormidas, pero el resplandor de sus miradas ansiosas de encontrar una presa se veía a través de la tela.

Nunca supe qué pasó con mis amigos. Quizá supe qué pasó con el resto de amigws, con las cosas que tanto íbamos cuidando sin cuidarnos tanto entre nosotrxs, descuidando a quienes habían querido cuidarnos. Lo que sí sé es que tomamos el tren. Que tuvimos la fuerza. Que hemos pasado por muchos momentos y lugares, que hemos salido vivos del encuentro con mortales enemigxs, ni siquiera humanxs, y que seguimos buscando. Quizá no hay más fotografía que el recuerdo.

Cuando escribo esto, comienza a escucharse el sonido del tren del 2046. ¿Dónde estás, Alina? ¿Dónde están?

"Todos los recuerdos son rastros de las lágrimas."

sábado, 26 de abril de 2014

Cansancio y agotamiento

Dicen que después de la calma viene la tormenta. Dicen que viceversa.

Casi con dolor de cabeza me animo a escribir esto que sigue. Paso por un momento difícil, pero con la certeza-privilegio de que depende enteramente de mí si las cosas saldrán bien o saldrán mal. En el trabajo pendo de un hilo, pero hay una oportunidad de redimirme. No la voy a dejar pasar. La ventaja es que tomará apenas dos días para que eso sea visible. La desventaja es que mientras tanto hay mucha presión encima.

Mucha presión encima. Veo todo lo que debo hacer en menos de un mes y me abrumo. Tengo una lista de casi cien pendientes. ¿Cuándo encontraré tiempo para hacerlo todo? No lo sé, pero sí sé que me las arreglaré. Sacrificios. Sacrificios vendrán. Casi hacer sólo lo indispensable. Tratar de descansar, de relajarme mientras duermo.

Este domingo saldré a comer con una lindísima pareja de amigas lesbianas (novias) y un amigo suyo. Parece un chico de buenos sentimientos. Creo que podremos ser amigos. Hace unos días otro sujeto se voló la barda y me aseguró que yo quería besarle, que nos besaríamos una y otra vez. Hasta fijó fecha y lugar. Tuve que meter el freno muy rápidamente, y lo hice. ¿Qué pasa con estos defensores de DDHH hoy en día? En este mundo estamos tan necesitadxs de cariño...

La cantidad de pendientes por resolver podría parecer un riesgo para los procesos del cuidado de sí, pero creo que lo mejor será interpretarlo todo de otra manera. Terminar con ellos, salir adelante, será mi ascesis, mi disciplina, mi momentáneo arte de la existencia. Este fin de semana es la despedida de mi vida social. ¿Qué es eso? Casi quisiera un diccionario etimológico para revisar.

Encima este domingo comenzaré con una locura musical que probablemente sea muy provechosa dentro de unos meses. Encima, cierto colectivo maravilloso parece estar por ceder muchas responsabilidades -las principales, digamos- a un nuevo grupo de personitas, grupo en el que figuro yo. Encima, ha de ser muy oportuno hacer un documental sobre el colectivo justo cuando pasa esto; ajá. Encima, encima, encima...

Sea como sea, toca reír un poco de mí mismo. Rodeadws como estamos de tanta muerte y de tanta violencia, toca elegir la vida. La vida que es muy corta como para sufrirla tanto...

Dicen por ahí que parece que hay suelo. Lo dejaremos respirar, con la esperanza de que ahí crezcan flores.

Estaré ahora revoloteando en las cosas más pequeñas, más pequeñas, que me llevan. En los sueños, en los sueños de ti, de mí.

lunes, 21 de abril de 2014

El monstruo: Gestalt y parresía

Entonces, jugando a la Gestalt, nos pidió que nos dejáramos llevar y recorriéramos un camino que quisiéramos recorrer, llegáramos a una casa, una construcción, y al abrirse la puerta encontráramos un monstruo.

¿Qué nos dice ese monstruo? ¿Qué le contestamos? Debemos dibujarlo. Debemos responder, también, a qué nos conduce detectarlo. ¿Adónde queremos llevarlo, adónde lo invitamos? Ese monstruo somos nosotrws mismws.

¿Qué vi yo? Lo vi a él. A él en una faceta monstruosa, por supuesto. ¿Qué me dijo? Me dijo que debía quedarme claro que no debía meter violencia en todos los días de su vida. "No es tu culpa que tus antepasados hayan talado todos los árboles del bosque, pero el bosque sigue sin árboles."

¿Qué le respondí? Parresía: "Pero yo no soy mis antepasados, y quisiera saber si en aquello que alguna vez fue un bosque se puede sembrar y pueden crecer flores."

¿Adónde me conduce detectarlo? A ver un desbalance en mi vida que noto a diario.

¿Adónde quiero llevarlo, invitarlo? A ser mi amigo. A caminar por el bosque y sembrar para ver crecer flores.

¿Dibujarlo? Es lo que he estado haciendo todo este tiempo, estos últimos días.

Detrás de la casa-construcción estaba el bosque. El camino recorrido era el camino de ladrillos amarillos...

Ese monstruo somos nosotrws mismws. Hay promesas que se hacen por amor. Pero a veces ese amor hace que esas promesas se rompan. A veces hay que abrir la boca aunque sea peligroso. Ya nos hablaba Foucault de la parresía:
De manera más precisa, la parresía es una actividad verbal en la cual un hablante expresa su relación personal a la verdad, y corre peligro porque reconoce que decir la verdad es un deber para mejorar o ayudar a otras personas (tanto como a sí mismo). En parresía, el hablante usa su libertad y elige la franqueza en vez de la persuasión, la verdad en vez de la falsedad o el silencio, el riesgo de muerte en vez de la vida y la seguridad, la crítica en vez de la adulación y el deber moral en vez del auto-interés y la apatía moral.
Cuando preguntamos esperamos respuesta. Aunque esa respuesta duela. Y cuando conseguimos dar una verdad, esperamos ver verdades venir.

Esperamos. Aquí estamos el monstruo y yo (el monstruo-yo), de noche, conversando a través de estas letras y todo el sueño que tenemos encima. Cariño. Cariño. Cariño.

¿Alguien más, acaso, recorrerá el camino de ladrillos amarillos para llegar a la casa-construcción y ver al monstruo detrás de aquella puerta que se abre?

jueves, 17 de abril de 2014

L'Homme aux bras ballants

De cualquier manera, la música de fondo para la melancolía tan fuerte siempre será ésta.

Y de cualquier manera, aunque algunas cosas tengan vuelta atrás, no hay vuelta atrás para la hipocresía. ¿Qué pasa cuando nadie se ha dado cuenta de todo lo que se hizo mal? ¿Qué pasa cuando se es el malo de la historia, mientras la historia es tan compleja que no hay blanco ni negro?

Si algo es un hecho es que el mundo está dividido. Y que mi cariño no. Que no me importa. Que quiero. Que quiero. Que quiero.


Hacia un soundtrack para la nostalgia #1


Going to a town, Rufus Wainwright

I'm going to a town that has already been burnt down
I'm going to a place that has already been disgraced
I'm gonna see some folks who have already been let down
[...]
Tell me, do you really think you go to hell for having loved?
Tell me, enough of thinking everything that you've done is good
[...]
I may just never see you again, or might as well
You took advantage of a world that loved you well
[...]
I'm going to a town that has already been burnt down


Message personnel, François Hardy

Au bout du téléphone, il y a votre voix
Et il y a des mots que je ne dirai pas
Tous ces mots qui font peur quand ils ne font pas rire
Qui sont dans trop de films, de chansons et de livres
Je voudrais vous les dire
Et je voudrais les vivre
Je ne le ferai pas,
Je veux, je ne peux pas
[...]
Mais si tu crois un jour que tu m'aimes
Ne crois pas que tes souvenirs me gênent
Et cours, cours jusqu'à perdre haleine
Viens me retrouver
Si tu crois un jour que tu m'aimes
Et si ce jour-là tu as de la peine
A trouver où tous ces chemins te mènent
Viens me retrouver


I've seen it all, Björk & Thom Yorke

I’ve seen it all, I have seen the trees,
I’ve seen the willow leaves dancing in the breeze
I’ve seen a friend killed by a friend,
And lives that were over before they were spent.
I’ve seen what I was – I know what I’ll be
I’ve seen it all – there is no more to see!
[...]
I’ve seen it all, I’ve seen the dark
I’ve seen the brightness in one little spark.
I’ve seen what I chose and I’ve seen what I need,
And that is enough, to want more would be greed.
[...]
You’ve seen what you were and know what you’ll be
You’ve seen it all – there is no more to see!

Esto no es lo mío #1

Esto definitivamente no es lo mío. Aquí van los primeros dos intentos, sin borrar ni un trazo. (Nótese el conflicto gigante que tengo para representar a un personaje en especial. Interpreto eso como que hay conflictos también fuera de las representaciones.)



miércoles, 16 de abril de 2014

Mientras el mundo vacaciona

Mientras el mundo vacaciona, yo estoy sentado entre los muros y las ventanas de una oficina escribiendo esto. Nada impide que a través de la música me escape, escuchando con cierta nostalgia los paisajes del pasado sonoro.

Aquí espero y me tenso por querer tener entre las manos un lápiz de color azul y frente a mí papel, en blanco. Quiero dibujarte y dibujarme y dibujar que nos damos un abrazo. Si supiera dibujar...

Quizá no debería decir esto, pero también quizá no importa porque nadie lo escucha. Y al fin y al cabo dije que la nostalgia me sinceraba.

En realidad quiero dibujar más cosas. También quiero dibujar, con otros colores o no, el cabello y las sonrisas de ella. Recurre en mi cabeza que el mundo también es muy lindo, pero podría serlo más.

Frente al afán que podría tener alguien de mostrarse "fuerte", sin necesidad, a mí eso me importa un bledo. No sé si soy fuerte ni me interesa. Necesidad no tengo, por supuesto. Lo que tengo es cariño. Sigo siendo tu amigo, lo sepas o no.

¿No te parece, al fin y al cabo, anacrónica la idea de que conversemos?

martes, 15 de abril de 2014

Nota sobre el narcisismo y la nostalgia

"El narcisismo de las pequeñas diferencias, es la obsesión por diferenciarse de aquello que resulta más familiar y parecido." -Sigmund Freud

"La nostalgia ya no es lo que era." -Peter de Vries

Estos días he estado pensando sobre las atracciones que siento. He llegado, gracias a las anotaciones de amigws, a dos conclusiones sobre la generalidad de ellas. La primera, algo vieja, que soy atraído por aquello que se parece a mí. La segunda, la noticia, que soy atraído por aquello que me recuerda a lo que me ha atraído. Narcisismo y nostalgia.

El matemático me compartió una nota sobre el narcisismo en las parejas de hombres homosexuales. Si bien no puedo estar de acuerdo con algunas de las premisas que contiene el texto, con algo me sentí identificado.


Debo decir otra cosa. La atracción que desarrollé (por quien está siendo aludido por aquí) se desprendió de un afecto emocional, no de algún parecido a mí. Cuando estuvimos juntos, cada uno tomó alientos del otro y los hizo suyos. Yo me perdí mucho, al encontrar cosas de mí que podía ver gracias a él. Por eso después fue más necesario un viaje personal para volver a encontrarme y a hacerme. El proceso me ha llevado a la creencia de que entre más cambio, más soy el mismo, aunque paradójicamente también creo que nadie existe por adelantado. En un terreno mucho más banal, sin embargo, he llegado a actuar con la intención única de distinguirnos a él y a mí, lo cual no ha sido en absoluto difícil.


Hay una dualidad perdida, rota. El año pasado el lienzo-personaje estaba partido en dos. Ahora cada lado está explícitamente invadido por el otro, como pretende decirme una vieja perforación recuperada en el cartílago de la oreja izquierda. Cada lado es sí mismo y el otro lado. Me gusta creer que así cada detalle es una parte del todo y no una parte de una parte. El narcisismo, a fin de cuentas, se hace presente atravesándome por completo.

Ha de ser la luna roja en primavera, pero estos días me he sentido más lindo. Lo que creo que es un desbalance hormonal me ha llevado a la obligación de responderme, pero en el terreno de lo emocional. Y heme aquí escribiendo.

Revisando historias y pasados han salido a flote sentimientos y emociones que ya no recordaba. Alguna vez amé y amé mucho. Alguna vez fui amado y muy amado. Eso no significa que ahora no amo ni soy amado, pero hablamos del pasado, no del presente (aunque siempre que hablemos del pasado hablemos en el presente).

La nostalgia me hace sincerarme completamente. Recientemente dije que no movería ni un dedo, y creo que es importante que lo cumpla, porque es una promesa que hice para él. Pero cuando lo dije, cuando dije que no movería un dedo, poco me importaba que alguien más se moviera. En este preciso instante, el mundo ha dado otra vuelta. Los cariños enterrados resurgen; llevan tiempo creciendo, son pequeñas raíces. Y de la tierra brotan tallos con sus flores. No importa ya que de este bosque no quedara ni un árbol: en este bosque crecen flores; aquí pueden crecer árboles. El gran asunto es que en los otros bosques, en el otro bosque, no hay señal alguna de que existan flores, de que pueda aparecer un árbol.

Encima, no albergo esperanza de que quien es aludido aquí esté leyendo esto. Por la promesa no visito sus lugares, y asumo que él no visita los míos. Ojalá... Ojalá.

Narcisismo y nostalgia. Las cosas marchan bien, pero podrían marchar mejor. Marcharán mejor, pase lo que pase. Y seguimos caminando.

Exploración del cuerpo #3: Preludio a la nota sobre el narcisismo











Viajes recientes

Por recomendación de profesora-mon-amour, caí en las garras de quien ya me esperaba. El psicoanálisis, al que tanto desprecio, juega conmigo en su mano y me habla de sueños y de actos fallidos. Es increíble todo lo que uno descubre cuando juega con la premisa de que esos actos en realidad son actos logrados y no simples equivocaciones.

La base es que lo que tratamos de decir o hacer tiene un sentido, una intención, que se ve perturbada por otra intención, estemos conscientes de ella o no. Me robaron mi bicicleta. Llego a casa y trato de abrir con la llave del candado de la bici: no es un acto fallido, sino uno logrado. La intención perturbadora es nada más y nada menos que el deseo de llegar y sencillamente abrir el candado de la bici para subir a ella otra vez.

Leí "mentira" en vez de "metáfora". Escribí "autocrrect" cuando pensé que el autocorrect se equivocaba, y escribí "autoccrrct" al tratar de escribir esto ahora. Escribí "queivocar" y no equivocar. Me equivé, pues.

Cuando me preguntaron a qué hora y dónde debía estar al día siguiente, respondí que a las 9:00 y dónde quería estar.

A veces, por supuesto, es mucho más complicado encontrar la intención perturbadora. Olvidar una cita, perder un objeto o dejarlo caer, pueden ser también actos fallidos en realidad logrados.

Mis viajes recientes me llevan por este camino extraño en busca de un mayor entendimiento. Trato de no caer en los peligros que encumbra. Veremos hasta dónde llego.

¿Que si albergo buenos sentimientos? Los albergo. ¿Malos sentimientos? Algunas pequeñas molestias: no merecen siquiera hacerlas más grandes.

Recordar te hace reinterpretar la historia, porque recordar es reinterpretar la historia. Las cosas son tan distintas vistas desde lejos, y encuentras los errores escabullidos que antes se escondieron de tu mirada que filtraba colores. ¿Qué podemos esperar si siempre estamos filtrando?

Cuando cuento una síntesis provoco una reacción frecuente: la petición de que escriba la historia. ¿Una novela? No, paso. Quiero escribir un guion, un guion que dé cuenta de que la historia se teje primero como una sola, y luego como tres que se alteran entre sí. Que dé cuenta de que a pesar de la honestidad intentada, la comunicación es una sucesión de malentendidos (A. Greimas) y cada interpretación tiene efectos muy tangibles y materiales en lo que pasa.

Por ahora creo que debería anotar todo lo que voy recordando, porque escribir aquello no es tarea para este presente. La tarea para este presente es hacerlo. ¿Dónde cortar? ¿Dónde terminar? Andrés me dice que no puedo saberlo porque lo sigo viviendo. Él sabe de montaje. Vamos haciéndole caso por ahora.

A reventar

Hora pico. El autobús está lleno, a reventar. Voy hasta atrás. Los obreros se reconocen entre sí y en una coreografía muy discreta, casi invisible, intercambian lugares con las otras personas para estar juntos. Se quedan también atrás. Llevo muchísima prisa: el tiempo está contado.

Cuando llega el momento de bajar, me preparo y anticipo tanto como puedo. Estoy frente a la puerta, que se abre para dejarme salir. Me disparo hacia fuera, pero no salgo: mi mochila quedó atorada con algún artificio del autobús. Hago esfuerzo, esfuerzo. No lo logro. Las puertas se cierran frente a mí y me golpean el codo derecho. "¡Bajan! ¡Bajan!" El autobús lleno habla, grita a quien lo conduce. "¡Bajan!"

Los obreros maniobran rápido y sacan mi mochila de donde está. La puerta se abre y bajo de inmediato. Salgo. A la vez les agradezco con la voz y con la mano. Corro. Corro. Corro.

Ahora pienso en las semillas de pequeñas acciones colectivas. Creo que lo que veo en los autobuses es siempre reflejo de muchas otras cosas. Que no nos vamos a quedar pasmados, toda la vida, que vamos a organizarnos para hacer algo cuando más puertas se cierren en nuestras caras o en las de otrws.

Hay una bomba. ¿Qué va a pasar cuando estalle? ¿Qué va a pasar cuando reviente?

lunes, 14 de abril de 2014

Sobre la promesa

Y entonces te das cuenta de que los cariños son tan rebosantemente grandes que los odios con el tiempo se han desmoronado. Arranca sus raíces, aunque los enojos crezcan.

Los odios con el tiempo se han desmoronado. Y no, no vas a mover un dedo. Hiciste una promesa y la vas a cumplir, porque la hiciste no sólo por tu coraje y el dolor, sino para evitar esos horribles corajes y dolores ajenos.

No moverás un dedo, a menos de que te lo pidan o te lo sugieran, quizá. Porque es parte de la promesa hecha el no deshacerla así nada más. Pero que se sepa que también por cariño es que una promesa no se rompe. Y que se sepa que no hay una voluntad en contra: sólo que no hay voluntades encontradas.

El mundo sigue deshecho, aunque vivas contento en él, en una de sus partes. Que quede claro eso. Y que quede claro que vivir contento no significa no sobrellevar dolores a diario. Porque cuando ves las grietas en el suelo del mundo, te duele saberlo hecho pedazos. Pero levantas la mirada, caminas al frente y sigues con una sonrisa para aquel extraño que pasa. Y te enamoras un poco, todos los días, de esa sonrisa que nunca habías visto.

En los campos crecen las flores. Es primavera. La primavera llegó con sus cambios. Has cambiado tanto: eres tanto tú mismo. No te queda duda. En este viaje se descubre construyendo y se construye descubriendo. Lo confirmas.

Y los viejos amigos, las viejas amigas, te esperan en algún lugar. Y quienes te han traicionado, no importa dónde están. Estás aprendiendo a caminar de nuevo. Estás aprendiendo a caminar acompañado. Escuchas las respiraciones, te acompasas a los pasos.

Cariño. Cuánto cariño hay. Ya Manzano decía que no es lo mismo amar a todxs que no amar a ningunx. Y no, no amas a todxs, pero en tus amores hay mucho y para muchws.

Que la luz llegue a donde tenga que llegar, y que las palabras que quieren ser escuchadas se hagan escuchar. No moverás un dedo, si no. Has dicho.