martes, 29 de marzo de 2016

Primaveras

I

Don't sit under the apple tree with anyone else but me, with anyone else but me, with anyone else but me...

Mira por la ventana. Parece que las primaveras se caen. Que ahí donde no hay hielo no llegan: que falta procurarlas mucho más. Parece que las primaveras a algunos les caen encima y se convierten en inviernos, que lo que unos dicen es lo que otros tratan de olvidar.

Me pierdo entre canciones que son como ruidos. *Rapeando* Escribo sin parar por lo que tengo en el pecho. No quiero decir que es despecho, pero lo pienso y no encuentro cómo nombrar esto que siento. */Rapeando.*

Las casas de jardines contiguos, pero separados por una barda con un tobogán, pasadizo secreto de los amores transocéanicos donde se intercambian las flores. Esas casas se caen también cuando los jardines se secan. En esta primavera tú no estás para regarlos. Adelgazas tanto en mi sueño que te conviertes en una mujer ligera que yo cargo.

Ah, ¡la ligereza! Qué leve es todo cuando en el telón de fondo aparece la pesadez de esta historia y su repetición interminable: eterno retorno a la Kundera. Qué leve es todo cuando ninguno muere por el otro. ¡Qué leve!

I don't mind if you don't mind...


II

Hay astros de los que no se tiene una hipótesis razonable de cuál es su origen. Es más: necesariamente no existe una hipótesis razonable de cuál es su origen. Y sin embargo, el hecho de que no se pueda hacer una hipótesis razonable del origen de un astro no implica que su trayectoria no pueda ser modificada o anticipada.
Amo tus ojos. Soy como el hijo de tus ojos. Como el hijo de tus ojos soy. Levántame, de entre tus pies levántame, recógeme, del suelo, de la sombra que pisas, del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños. Levántame...
Te levanto y me levanto con una liviandad nunca anticipada (de origen desconocido). La suavidad de tus labios que resisten, que no se desmoronan cuando el viento sopla. Esas seis cosas que te gustan de mí: esas seis cosas que no son seis. ¡Ven conmigo! Vamos a los pastos para darle espacio a otros objetos de origen desconocido.

Vamos a procurarnos primaveras con flores de canela, al ritmo de sus caderas. Vamos a construirnos esos caminos que se hacen al andarlos. Vamos dibujando trayectorias sin destinos que pasen por líneas punteadas de bromas y risas, que se enrollen en las venas de unos antebrazos marcados por tu tacto mientras duermo.

Aquí están mis primaveras: un árbol de certezos. Amo ver mis primaveras florecer. Amo(r) ver mis primaveras floreciendo.

Así, caigo del pico más alto de la montaña rusa. Vértigo, después ligereza. Y así, ligero, te digo que te quiero.