jueves, 19 de diciembre de 2013

En la alcoba del romántico

En la alcoba del romántico hay una pintura partida en dos cuadros, esperando a que él venga a juntarlos. El nombre de él, el nombre de ella, se unen por detrás de la imagen.

Al lado de una pared hay otra pintura, el torso de un otro él asomándose en blanco y negro. Es obra de él y de ella. Y de él.

En el espejo del romántico hay un mensaje y dos fotografías. "Te quiero", dice todo.

Adentro de los cajones hay cinco años enterrados. Encima de la cama están las hojas de papel con la memoria escrita, con las memorias escritas.

En las sábanas del romántico está el aroma de cinco meses por más que falten. Por más que todo falte, los pasados se filtran por la ventana como la luz.

Pero yo no puedo, y no quiero, caminar al pasado.

En la puerta del romántico cuelga un mensaje manchado con sangre. En la vida del romántico cuelga un mensaje manchado con sangre.

En el romance del romántico, no importa ya, nada más cuelga él mismo.

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